miércoles, 7 de mayo de 2014

Ser espiritual en las buenas y en las malas


En otra entrada comenté que el trabajo espiritual, precisamente consiste en eso, en un trabajo, es decir, no es algo que hagamos dos días o una semana y después pensemos que lo hemos conseguido, se trata que día con día sigamos haciendo cosas para desarrollarnos y evolucionar espiritualmente.
 
Hoy comentaré dos conceptos que me parecen importantes, el primero tiene que ver con nuestra capacidad de mantenernos en el camino espiritual sin importar las circunstancias externas que puedan ocurrir. Yehuda Berg mencionó alguna vez: "ser espiritual es fácil cuando todo va bien". Esta frase tiene mucho que ver con la idea que les quiero plantear. Muchas personas que dicen trabajar en su desarrollo espiritual, ya sea yendo a la iglesia, haciendo meditación, dejando de comer ciertas cosas, asistiendo a conferencias, etc. Ante una circunstancia que desequilibra o afecta un poco su estilo de vida, inmediatamente se ponen de malas, se enojan o incluso pueden llegar a agredir a las demás personas, así mismo y creo igual de dañino, suelen asumir el papel de victimas.
 
Los resultados del trabajo espiritual no solo son cuando se esta meditando o mientras se esta orando, o no se ven reflejados únicamente cuando damos algún tipo de ayuda al prójimo cuando todo nos esta saliendo muy bien. La esencia o lo más importante es mantener y seguir vibrando positivamente aún en situaciones que aparentemente nos son desfavorables y nos sacan de nuestra zona de confort. Y menciono aparentemente porque en realidad si algo nos saca de esa zona de confort, en verdad es una oportunidad que nos esta dando el universo para cambiar y mejorar en nuestro desarrollo.
 
Muchas veces, después de que ocurren las cosas y las vemos en retrospectiva, solemos decir que bueno que pasé por esa situación, o fue muy bueno que pasará de esa manera, sin embargo es muy difícil que en el presente aceptemos todo lo que nos pasa como una oportunidad para sacar o aprovechar más la luz que hay en nosotros. En este sentido, el trabajo que hacemos todos los días en la meditación o en la oración, debe llegar más allá de ese momento y manifestarse en nuestra vida cotidiana y más aún, en las circunstancias aparentemente adversas.
 
El segundo punto que quiero comentar es la importancia de no ser reactivo y convertirnos la mayoría de las veces en proactivos, es decir, cuando nosotros por alguna causa externa nos enojamos o sufrimos estamos dándole a las situaciones el poder sobre nosotros, nos volvemos reactivos, ya que nuestro estado o nuestras acciones dependen de lo que nos haya sucedido. En cambio, si somos proactivos, nuestros estados, pensamientos y acciones vienen desde nosotros, en nosotros mismos esta la causa de lo que vivimos.
 
Por eso, si somos proactivos, no importa lo que este pasando en el exterior, nuestro estado es originado desde una paz interior y así  podemos afrontar las situaciones exteriores como una oportunidad para evolucionar y podemos mirar el mundo como un milagro, sorprendiéndonos con el cada día. Esto último me recuerda una frase de oriente que decía: La belleza esta en los ojos de quien la mira.
 
Con esto termino la entrada de hoy, les dejo el ejercicio del día que propone Karen Berg:
 
"Sé sumamente consciente de un comportamiento negativo que sea común en ti, ya sea gritar, mostrar frustración, cerrarte, comunicarte pobremente, etc. Sólo por hoy vigila controlar esa cualidad. No cedas a ella bajo ninguna circunstancia. Observa cuán pleno te sientes después de haberlo hecho". 
 
Ya falta como un mes para terminar este trabajo espiritual del Omer. Ojala les este ayudando, si no saben bien porque de los ejercicios que recomiendo, los invito a visitar la entrada del 23 de abril donde explico un poco esto.
 
Les deseo luz y sabiduría
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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